El Club de los Monstruos: Viernes 13 (Black Friday, 1940)

Esta es la única película, de las ocho que rodaron juntos estos dos grandes del celuloide, "Bela Lugos y Boris Karloff", en la cual no tienen ni una sola escena en que coincidan ambos juntos.

Un científico es conducido para ser ejecutado en la silla eléctrica (Boris Karloff), cuando está a punto de ser ajusticiado entrega su diario a un periodista, alegando que fue el único que le trato en su periódico correctamente. Tras esto empieza el periodista a ojear el diario y en un flash-back nos situa atrás en el tiempo, justo en medio de una clase de profesor George Kingsley.

El profesor Kingsley había sido designado por una comisión de la Universidad, debiendo entrevistarse con ellos para posiblemente impartir clases allí. Es por esto por lo que su amigo el Dr. Ernest Sovac (el personaje que está a punto de ser ajusticiado al pricipio del film) le esperaba a la salida de clase para acompañarlo. Cuando están ya de camino, ya en el coche, Kingsley quiere parar para comprar un sombrero, para aparecer ante la comisión de una forma elegante. Hace parar a Sovac y baja a comprarlo, pero con tan mala suerte que es atropellado por un coche que iba a toda velocidad en pleno tiroteo contra otro auto.

Cuando llega el ambulancia traslada al conductor del automóvil que le ha atropellado y al profesor a ambos al hospital. A su llegada, con respecto a este último, un médico le comunica a Sovac que no hay esperanza para su amigo, que es cuestión de minutos u horas el fatal desenlace, ya que está sumido en un profundo estado comatoso, además de tener graves lesiones. El Dr. Ernerst Sovac entra en la habitación para visitar al profesor y al otro accidentado. Este último le dice que no siente las piernas, a lo que el médico le explica que se ha fracturado la columna vertebral y ha quedado inválido, a lo que replica el conductor accidentado, que si le cura le dará todo el dinero que le pida. Esto hace recapacitar al Dr. y maquina una descabellada idea.

El cuerpo de Kingsley está casi en perfecto estado, mientras que el del conductor tiene esta grave lesión que le impide mover las piernas. Su amigo está a punto de morir, por lo cual decide hacer un trasplante de cerebro. Es decir, parte del cerebro del malhechor ganster será transplantado para salvarle la vida al profesor y de paso procurarse el médico con cierto capital para poder seguir sus investigaciones. Una operación que antes ya había realizado con éxito Sovac, pero con la peculiaridad que solo la había practicado con animales.

La operación es un éxito total, quedando todo el mundo estupefacto antes la milagrosa recuperación del profesor. Este es trasladado a su casa donde se le ordena mantener reposo, pero este parece sumido en una profunda depresión, mostrándose irascible y extraño ante su familia. El médico consciente de que ha de ir en busca del dinero que el ganster tenía en su poder, le propone al convaleciente profesor un viaje a New York para intentar recuperarse mediante el bullicio de la gran urbe.

El viaje se consuma y ambos viajan a New York. Al llegar la personalidad de George Kingsley prevalece, pero poco a poco la del malvado ganster Red Cannon ira asomando cada vez con más intensidad. Esto hace que la venganza contra los que le habían intentado eliminar, su banda, en la que se encuentra su nuevo líder, Eric Marnay (Bela Lugosi), que está ocupando el lugar de Red. A todo esto, los que antes fueron sus compañeros de fechorías, ignoran que su vuelta está próxima bajo el aspecto del Profesor George Kingsley.

En principio debía haber sido Bela Lugosi el que iba a ocupar el papel de el Doctor Sovac, puesto del que se haría cargo Boris Karloff finalmente. Karloff iba a ocupar el de la dupla Red Cannon y del profesor Kingsley, pero por lo que se comentaba Boris no daba la talla interpretando el rol de ganster y fue sustituido finalmente por Stanley Ridges. De esta forma Karloff consiguió el papel protagonista interpretando al Dr. Sovac y Lugosi se quedó con tan solo un papel menor dentro del reparto de la película.

Según informes de época, Lugosi se puso bajo hipnosis para que al realizar la escena de su muerte fuese más real y creible para el público.